Fe y Ciencia

¡Trasplante de Órganos! De la Ciencia a la FE.

November 06, 20254 min read

Trasplante de órganos. (La Ciencia)

Para el año 2020 yo había perdido total y completamente mi hígado y riñones a causa de una enfermedad hereditaria. Me encontraba realmente al borde de la muerte si uno de esos órganos vitales colapsaba. Debido a esta grave situación me inscribí, me puse en lista de espera para trasplantes en uno de los mejores hospitales de USA.

Toda mi familia, amigos y hermanos en la fe cristiana estuvieron orando y rogando para que yo fuera escogido, elegido para ser receptor de órganos que me salvarían la vida.

Después de múltiples pruebas para determinar mi capacidad y elegibilidad para ser trasplantado; Dios intervino de manera milagrosa e hizo que yo fuera aprobado y colocado en las listas de espera. Muchas personas han esperado por años para ser elegidos y después de eso también esperan por años para que aparezca un donante compatible (lo cual también es muy difícil).

Dios actuó milagrosamente y de una manera tan impresionante que una vez que ya yo había sido aprobado solo esperé poco menos de un mes para ser trasplantado de un riñón y apenas esperé como diez días para el trasplante de hígado. ¡Esto es un verdadero milagro! Dios acortó los tiempos de espera, proveyó las condiciones, la aprobación médica, un donante perfectamente compatible y órganos en perfecto estado para comenzar a funcionar dentro de mi cuerpo y alargarme la vida en este mundo.

Ya han pasado casi cinco años desde los trasplantes y agradezco a Dios por su misericordia y amor. También he hecho la decisión de obedecer y servir a Dios en todo lo que yo pueda por el resto de mis días en la tierra.

Trasplante de corazón. (La Fe)

El tercer trasplante al que fui sometido fue un reemplazo cardiaco. Mi corazón se había dañado también, ya no funcionaba bien y me causaba mucho dolor, la sangre que movía por mis venas estaba impura. El diagnóstico que me dio el doctor fue: el corazón está negro, al parecer alguna arteria fue perforada y entro maldad en mi corazón. Hubo una ruptura

en el corazón y el doctor me dijo que comenzó a filtrar diferentes sustancias infecciosas; él dijo: “…de dentro, del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la insensatez. Todas estas maldades de dentro salen, y contaminan al hombre.” (Marcos 7:21-23). En ese momento que recibí el diagnóstico del doctor entendí que “el que confía en su propio corazón es un necio” (Proverbios 28:26), y la razón es que “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá? Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras.”(Jeremías 17:9-10)

Inmediatamente le pedí a Dios “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio.” (Salmo 51:10). Le rogué a Dios que cumpliera una promesa que él había hecho cuando dijo; “les daré un corazón, y un espíritu nuevo pondré dentro de ellos; y quitaré el corazón de piedra de en medio de su carne, y les daré un corazón de carne, para que anden en mis ordenanzas, y guarden mis decretos y los cumplan.” (Ezequiel 36:26).

Dios me hizo la cirugía que más necesitaba mi alma. Dios cambió mi endurecido y antiguo corazón dañado, rebelde, y depravado por un corazón limpio, sano, obediente, humilde y dispuesto a amar a Dios sobre todas las cosas y a mi prójimo como a mí mismo.

Amigo lector, créeme tu corazón necesita más que limpieza o reparaciones externas o cosméticas; tu corazón dañado y perverso necesita ser reemplazado, cambiado por uno nuevo que sea obediente a Dios y sus principios de amor, justicia, fe, paz, bondad, paciencia y mansedumbre. Haz como yo hice: levanta tu mirada a Dios y ruega que te haga el trasplante más importante en tu vida. Porque ese trasplante te dará salvación y vida eterna. Cree y recibe a Jesús como tu salvador personal.

Arrepiéntete de pecados, entrega toda tu vida, espíritu alma y cuerpo a Dios y serás salvo de la condenación eterna. Algunos como yo, hemos necesitamos trasplantes que nos alarguen la vida aquí en la tierra; también es una verdad infalible que todos los seres humanos necesitan el trasplante de su corazón que les alargará la vida de su alma y espíritu y les dará VIDA ETERNA.

Lcdo en Teología. Mg en Educación Religiosa. Doctor en Divinidades. Pastor-Escritor.

Edgardo Álvarez

Lcdo en Teología. Mg en Educación Religiosa. Doctor en Divinidades. Pastor-Escritor.

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